EL RUIDO ATRONADOR DEL SILENCIO

20 de Diciembre de 2020

La sociedad Española, viene sufriendo desde el pacto “modélico” del 78, pero sobre todo desde la (crisis montada) del 2.008, todo tipo de miserias vejaciones y penurias, gracias a una clase política que ha olvidado por completo su deber de servicio a la sociedad. Vejaciones y penurias agravadas por las políticas de austeridad impuestas por la UE, y aplicadas con total generosidad por los gobiernos Central y autonómicos, con el apoyo nada despreciable de los dos sindicatos CC.OO y UGT (denominados agentes sociales), la patronal, la banca, y las empresas del IBEX 35. Estos últimos, ponen a disposición de los políticos que nos han tocado en suerte, (o el pueblo ha elegido, amamantado por los medios de comunicación del poder económico), las puertas giratorias, que cubrirán su futuro y el de sus familias durante muchas generaciones.

La llegada de la pandemia del Covid-19, ha supuesto mucha más miseria, más vejaciones y más penurias, siempre para las clases populares, trabajadoras y pensionistas. Un virus, del que se mofaban nuestros responsables en sus inicios, ha originado en todo el mundo más de un millón de muertos, en España más de 65.000, ha entrado en las residencias de mayores (privadas y sin control de las Administraciones), verdaderas antesalas de los tanatorios, y ha supuesto la muerte de dos terceras partes de esas 65.000 muertes, de las generaciones a las que debemos lo que tenemos y lo que somos; Ha supuesto la eliminación de una tejido productivo basado en el turismo sin control, de los contratos basura y los sueldos de miseria; ha supuesto el desfallecimiento de nuestros sanitarios, reducidos a la invisibilidad social, de bajos salarios y peores contratos por los recortes realizados; ha provocado que enfermedades crónicas de todo tipo, se hayan dejado sin tratamiento y sin visitas médicas, por la debilidad del sistema; ha conseguido que una gran mayoría de la sociedad, desarrolle problemas mentales o psicológicos provocados por los miedos, y los encierros forzados; ha facilitado un control riguroso de todas y todos los ciudadanos, por parte de los organismos policiales del estado; ha terminado con las protestas de los movimientos sociales.

En medio de esta situación, se cuelan sin pena ni gloria, casi con el más absoluto oscurantismo, la aprobación de 21 recomendaciones de la Comisión del Pacto de Toledo, sobre nuestro Sistema Público de Pensiones, con el mismo oscurantismo que siempre ha caracterizado los trabajos de esta comisión. De igual forma se aprueban en el Congreso de los Diputados confundidas con la aprobación de la Ley de educación de Isabel Celaà.

Unas recomendaciones que no sirvieron en el 2.019, que desaprobaron unos políticos que prometían mucho, pero que actualmente esos políticos que venían para “asaltar los cielos”, esos en los que muchos ciudadanos/as confiaron, una vez más nos han decepcionado, una vez más los oropeles del poder les han dominado y se han cambiado a las políticas posibilistas. Queriendo o sin querer, no se dan cuenta que son esas políticas posibilistas, las que han conseguido que tengamos una sociedad frustrada y fracasada, porque esas recomendaciones que han aprobado, nos llevan directamente a la descapitalización del mejor Sistema Público de Pensiones posible, el de reparto, el nuestro, y en poco tiempo a su privatización mediante la implantación de la mochila austriaca. Una vuelta de tuerca más en las penurias, maltrato y vejaciones para la mayoría de nuestra sociedad, mientras sigue aumentando el número de nuevos ricos.

Ante esta perspectiva, el ruido del silencio que provoca la más absoluta falta de opinión, por parte de los líderes de CC.OO y UGT es un silencio atronador, como lo es el silencio atronador de los medios de comunicación, que se sitúan fuera de la órbita del poder económico, o el silencio atronador de la gran mayoría de los intelectuales de este país, de los que cabría un poco más responsabilidad social hacia sus conciudadanos.

Por no mencionar, como es atronador el silencio de Felipe VI ante unos facinerosos militares, o exmilitares, que proponen fusilar a 26 millones de hijos de puta.

Un artículo de: Domiciano Sandoval

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