INDIFERENCIA: LA CARACTERÍSTICA BÁSICA DE LOS QUE DEFIENDEN LOS INTERESES DE LA PATRONAL

24 de Noviembre de 2018

INDIFERENCIA

 

Canarias noviembre de 2018.

"Eso no va conmigo” “Para que luchar, nada va a cambiar”  “Todos son iguales”... expresiones como estas  tienen siempre a los mimos protagonistas, los indiferentes, los que en el fondo, lo que realmente ocultan es una auténtica pasión por los intereses del amo.

De las duras condiciones que nos encontramos en la lucha diaria, posiblemente la peor, la más desmoralizadora, la que mas daña, sean las de estos/as (trabajadores) que creen estar por encima de todo, los y las que jamás hacen nada por nadie, (ni por ellos mismos) los que emplean una enorme cantidad de esfuerzos en convencerte de que no luches, de que no te organices, de que abandones… de que te entregues.

Me producen un asco inenarrable, tras su miseria moral, sólo esconden una tendencia natural a la cobardía y al vasallaje.

Su indignidad les lleva a mantenerse ausentes e indiferentes, salvo claro está, cuando el  patrón les exige  que carguen contra el sindicato, contra la asamblea  o  contra los compañeros que dignamente defienden sus intereses de clase.

Entonces como no, siempre con la mejor disposición,  acuden en tromba, correteando  alegres y moviendo el rabo como posesos  a satisfacer los deseos del amo, con toda  su esperanza  puesta en que al final del día, éste  los bendiga con  unas palmaditas.

Pero sin duda alguna, mejor de lo que yo pueda escribir en este arrebato de hartazgo,  lo expresó  uno de los intelectuales más grande que ha dado la historia del movimiento obrero,  Antonio Gramsci ; filosofo, periodista,  teórico marxista y fundador del Partido Comunista Italiano.

Gramsci escribe en febrero del 1917 este pequeño y profundo artículo, supongo que tan harto de los indiferentes, como cualquiera de nosotros hoy.

 – Odio a los indiferentes –

“Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes.

La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que solo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que solo un amotinamiento conseguirá luego derrocar. La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al  que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabia, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan ¿si hubiera tratado de hacer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?

Odio a lo indiferentes también por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: como han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, que han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.

Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la conciencia de los de mi parte el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes. “

Es una decisión del ser humano postrase de rodillas, indiferente ante  la historia, o vivir con dignidad  mirándola de frente, miles hemos tomado partido  hace tiempo, convencidos  como decía Gramsci, de que  “la indiferencia es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia”.

 

Frente Sindical Obrero de Canarias

Secretario General

Daniel Casal

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