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Antecedentes históricos
El surgimiento de los sindicatos en el Perú data desde fines del siglo XIX, promovida fundamentalmente por los anarquistas, tuvo su apogeo hasta la segunda década del siglo XX, bajo el liderazgo de cuadros sindicales de formación política e ideológica quienes organizaron sindicatos de los artesanos de diversas especialidades y de obreros de las primeras fábricas de y de servicios de esa época. Y, entre los años 1904 y 1910, constituyeron los sindicatos de panaderos, trabajadores de los puertos, transportes y en 1923 constituyeron sindicatos de agroindustria, azucareros, textiles, jornaleros del campo, la formación organizaciones y federaciones regionales, impulsaron movilizaciones de protesta, huelgas de gran importancia, como consecuencia sufrieron las persecuciones, represiones y encarcelamientos, los sindicalistas anarquistas impulsaron la educación y la prensa obrera. No se conoce el amarillaje sindical ni oportunistas en los anarquistas peruanos, fueron consecuentes con sus ideales.
Decadencia del anarquismo
A partir de la tercera década del siglo XX los anarquistas fueron perdiendo influencia, frente al impulso de los sindicalistas socialistas y comunistas, quienes asumieron mayor predominio en las principales organizaciones sindicales. En ese contexto en 1929 fue fundada la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) por José Carlos Mariátegui, trabajador de la industria gráfica, destacado marxista latinoamericano del siglo XX. Pero por más de tres décadas la CGTP fue declarada ilegal por las dictaduras militares y gobiernos de la oligarquía: los principales dirigentes de los sindicatos afiliados de base y de la central obrera, fueron víctimas de persecuciones, encarcelamientos, torturas y asesinatos por las fuerzas represivas bajo la acusación de comunistas. Sin embargo, la clase obrera y campesinos desarrollaron grandes acciones de lucha y huelgas históricas.
EL SINDICALISMO CLASISTA FRENTE AL REFORMISMO Y EL OPORTUNISMO
Entre las décadas del 40 al 70 del siglo XX se produjo mayor crecimiento y fortalecimiento de los sindicatos en el Perú. En esa época estaba en auge el delirio de la Guerra Fría impuesta por el imperialismo norteamericano, que desató campaña anticomunista en América Latina y políticas de dominación, siendo sus prioridades: reprimir y liquidar a las organizaciones sindicales y sociales acusados de comunistas, el control absoluto de los gobiernos, partidos políticos de la derecha y los sindicatos.
Los encargados de ejecutar el mandato del imperialismo, fueron: el poderoso sindicato de Estados Unidos la American Federation of Labor y el Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO), la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) y el Departamento de Estado Norteamericano; para los efectos crearon en América Latina la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) en 1951, organismo dedicado a realizar campaña contra la FSM, promover el reformismo, la corrupción de las burocracias sindicales para que se desafilien de la FSM y así dividieron a los sindicatos. Y, en 1960 la AFL-CIO y la CIA crearon, el American Institute for Free Labor Develoment, cuya traducción: Instituto Americano para el Desarrollo del “Sindicalismo Libre” (IADSL) financiado por la CIA y las principales empresas transnacionales
norteamericanas, con sede central en Washington y filiales en cada uno de los países de America Latina: la misión del ISDSL es adoctrinar, formación, educación de sindicalistas mercenarios, oportunistas al servicio de los intereses de la clase dominante y las políticas del imperialismo, encargados de promover el divisionismo, el amarillaje sindical y corrupción de las burocracias sindicales, y en 1961 a raíz del triunfo de la Revolución Cubana por disposición del presidente John Kennedy fue constituida United States Agency Iternational Develoment (USAID) Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Y, en 1983 fue creada por el gobierno estadounidense de Ronald Reagan, la Fundación Nacional para la Democracia (NED) sigla del inglés, también para financiar eventos sindicales, partidos políticos y golpes de Estado en la región latinoamericana.
Todos estos organismos del imperialismo desarrollan sus acciones en el Perú. En ese contexto complejo han desarrollado la lucha de los sindicatos encabezados por la central sindical clasista de la CGTP que a pesar estar ilegalizada por las dictaduras, logró su legalización y en 1968 y luego se afilió a la Federación Sindical Mundial (FSM), hizo frente a la intensa campaña de acusación de comunistas por parte de los enemigos de clase, empresarios, gobiernos serviles al capital y los mercenarios adoctrinados por el Instituto Americano para el Desarrollo del “Sindicalismo Libre” IADSL y las consecuencias fue, que muchos dirigentes y militantes clasistas y luchadores sociales fueron perseguidos, encelados, torturados, y asesinados. Hoy la CGTP es una las centrales importantes de América Latina, respetada por el movimiento sindical y organizaciones populares y del pueblo peruano, por su trayectoria histórica consecuente
LAS FUNDACIONES Y LAS ONG
Desde la década del 90, se multiplicaron las organizaciones no gubernamentales (ONG) en el mundo, esparcidos en cada uno de los países de los cinco continentes, con financiamiento multimillonario de poderosas fundaciones, gobiernos de la Unión Europea, Estados Unidos, así como de empresas transnacionales.
En el Perú según información de la Agencia Peruana de Cooperacion Internacional existen alrededor de, 2,180 ONG entre los registrados y no registrados : La acción de las ONG han reforzado la faena que desarrollan: IADSL , la USAID y la NED y de fundaciones entre ellas Friedrich Ebert, además los enviados de varios sindicatos de la Unión Europea como de Bélgica, España mediante CC.OO y otros, quienes se autodenominan “cooperantes” portadores de “ayuda solidaria”: todas estas son instrumentos eficaces de la clase dominante, cuyas acciones están dirigidas a financiar los seminarios de formación y proyectos de capacitación de los dirigentes y afiliados de sindicatos que aceptan dichas “cooperaciones”, pero también financian a partidos políticos de derecha y socialdemócratas que se autodenominan de izquierda: el objetivo es despolitizar y desideologizar para neutralizar la lucha de clases en la militancia sindical.
El reto de los sindicatos clasistas en el Perú es muy complejo, pero son conscientes de que solo con la acción de las masas con conciencia de clase revolucionaria podrá derrotar al capitalismo neoliberal que oprime a la clase obrera y al pueblo peruano.
