El acuerdo firmado en la provincia de Las Palmas entre los sindicatos CCOO, UGT y la patronal de la hostelería, que motivó la desconvocatoria de la huelga general en esta misma provincia, ha sido presentado como una mejora de las condiciones laborales y salariales de los y las trabajadoras del sector. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: el pacto suscrito se sitúa incluso por debajo de las recomendaciones salariales realizadas por los propios sindicatos y la CEOE a nivel estatal.
Para entender los motivos que llevaron a la convocatoria —más simbólica que real— de la huelga general en las islas orientales, debemos remontarnos a la firma del actual Convenio Provincial de Hostelería 2020-2025. Dicho convenio estableció la congelación salarial durante 2020 y 2021, y aumentos entre el 2 % y el 3 % anuales en los tres años siguientes, sumando un exiguo 7,25 % de incremento para los seis años de vigencia. Durante este mismo período, la inflación en Canarias superó el 19 %, más de 11,75 puntos por encima del incremento pactado, lo que en la práctica ha supuesto una sustancial pérdida de poder adquisitivo para las personas trabajadoras.
Con el reciente acuerdo, que suma un incremento del 2,75 % al 2,25 % previsto para este año y promete un 4 % adicional para el siguiente, los aparatos burocráticos de UGT y CCOO han intentado venderlo como una gran conquista que supondría una mejora salarial del 9 %. Sin embargo, lo que realmente se ha hecho es equiparar los salarios con lo acordado en el V Acuerdo para la Negociación Colectiva firmado a nivel estatal en mayo de 2023 por CCOO, UGT, CEOE y CEPYME. Dicho acuerdo establecía aumentos del 10 % para los años 2023, 2024 y 2025, porcentaje que, sumado a lo ya pactado en el convenio, se alcanza en Canarias… ¡pero con dos años de retraso!
El mayor “error”, por decirlo de alguna manera, de UGT y CCOO ha sido no incluir una cláusula de revisión salarial en el convenio anterior, error que tampoco pretenden corregir en la nueva negociación, según se desprende del contenido del último acuerdo.
Resulta sorprendente que, durante la negociación del convenio sectorial, los sindicatos mayoritarios aceptaran sin oposición las tesis neoliberales de la patronal, orientadas a la congelación salarial y la contención del gasto en personal, contraviniendo incluso las directrices marcadas por sus propias organizaciones en Madrid, que apostaban por la recuperación del poder adquisitivo, la competitividad y el empleo.
Analizando la situación con detenimiento, es evidente que tanto la patronal canaria como los sindicatos firmantes son corresponsables del empobrecimiento progresivo de las trabajadoras y trabajadores de la hostelería y, en consecuencia, del enriquecimiento desmedido de la patronal. El acuerdo que desconvocó la huelga en Las Palmas no es más que una tirita en un hueso roto, presentado como un triunfo lo que no pasa de ser una limosna, muy lejos de las reivindicaciones planteadas inicialmente por la Mesa Sindical de Hostelería.
Pero el despropósito no termina aquí. En su afán por maquillar el acuerdo y colgarse medallas inmerecidas, los firmantes incluyeron en el texto la supuesta implantación de camas mecanizadas en determinados establecimientos hoteleros, pretendiendo demostrar una preocupación por la salud laboral, especialmente de las camareras de pisos. Sin embargo, omiten señalar que esta medida está pendiente de ser aprobada en el Parlamento de Canarias a través de enmiendas apoyadas por colectivos como Las Kellys, en el marco de la modificación de la Ley de Ordenación del Turismo de Canarias, y que además prevé subvenciones públicas a las empresas hoteleras que adopten estas mejoras.
En conclusión, el acuerdo suscrito en Las Palmas contiene mucha literatura y escaso contenido real. No restituye el poder adquisitivo perdido, ni garantiza avances significativos en derechos laborales. Los sindicatos firmantes nunca tuvieron intención real de sostener una huelga que se perfilaba como exitosa.
En contraste, en Tenerife sí se mantuvo la huelga, impulsada por la voluntad firme de la asamblea de trabajadores convocada por el sindicato mayoritario en la provincia, Sindicalistas de Base de Canarias. Posteriormente, UGT y CCOO, en un acto de oportunismo, se sumaron a la convocatoria en Tenerife, jugando a ser sindicatos combativos mientras en Las Palmas actuaban con sumisión y complicidad hacia la patronal, firmando convenios a la baja, cediendo derechos y avalando congelaciones salariales que han contribuido directamente al desequilibrio en la redistribución de la riqueza en nuestra comunidad.
Fdo. Juan Luis Jiménez Camilleri
Secretario General Insular del Frente Sindical Obrero de Canarias FSOC en Lanzarote Secretario de Acción Sindical de la Federación Sindical Canarias FSC
Lanzarote, a 22 de abril 2025